Este blog es continuación de mis otros dos anteriores (2008-2023): "El cuarto claro" (Poesía) y "Meridiana claridad" (Fotografía).

Dos Ángelus, un ángel.

Estas cosas siempre me pasan, un poemario se enlaza con otro, intrincadamente, eso sí. Este ángel siempre se me aparece a la misma hora, las doce del mediodía, unas veces le hago fotos y otras no.


Aeternitas II (Ángelus ll)


No importa rezo,

si aro o siembro, el ángel

visita su hora


cristalizando

el tiempo, anunciando

la eternidad


de su compañía.


(Ayer)


Ángelus


Después, se nos apareció el ángel.

De la misiva celeste al árbol alado,

de los cauces labrados por tu espalda

a la virtud de la tierra abierta

sin desfallecimiento, exenta de sí misma,

entregada al beneficio del calor

y de la luz ya ocupándolo todo,

la geoda tierna resplandece

liberada de tanto cristal de invierno.

Como un barrunto de milagro,

como un sucesivo desconcierto

de alfiles al golpe de la espada

que nos favorece la generosidad

de tanta alma enterrada

junto a las lombrices y los sapos

, se evapora

el frío del barro y la salud aflora

rejuveneciendo el designio:

el ángel del tiempo canta las bondades

de esta naturaleza de todos

tan vivible como removida

por manos intangibles:

y para qué desear más mirada

si solo y sólo él labora

este sí-vivir semántico

con el que nos vocea en su anuncio

este nuestro lugar en el mundo.


(Del libro "En un lugar del mundo", Ediciones En Huida , 2024)








2 comentarios:

  1. Con tu poema recordé a Klee y su Angelus novus. Supongo que asociación de ideas vía palabras.

    La primera imagen me resulta cubista. No me queda claro qué es respecto a la segunda, la del móvil. Un abrazo.

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    1. Hola, Fackel. La segunda imagen es el disparo de la 'cubista', que la he puesto con los datos exif para que se vea que la disparé a las 12:02. Nada, tonterías de una. Gracias por estar aquí. Un abrazo.

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