Este blog es continuación de mis otros dos anteriores (2008-2023): "El cuarto claro" (Poesía) y "Meridiana claridad" (Fotografía).

Los limos

 





Limeña


Contra el frío,

contra el retruécano de los vivientes,

de la Naturaleza salvaje o

de los hombres o de la geografía,

contra la ironía fuera de tiempo,

quizás eterna, desmedida

pero solitaria, contra

el acoso de la genética

injusticia humana,

contra la sombra sobre el hielo,

contra la luz cegadora,

contra todo tú con tu

coraza de samurái

¿no vas a poder siendo

ellos tan vulnerables como las gotas

del rocío al amanecer y, aun así,

albergando la futura vida

sobre el lecho del arroyo

que de la lluvia depende

para continuar 

viviendo-corriendo-amamantando

cobijando-líquido

tan evanescente tan precario

tan vulnerable tan sometido a todo

el agua, la madre eterna?


Y ahora tendrás que explicar,

si no puedes, habrás de argumentar

tu impotencia, tu aquiescencia

al frío helador, las neuronas angelicales

padecen pena dolor reserva

el frío se soslaya se abate se conjura

se somete con las tres pisadas libres

de miedo al combate de un samurái

congelado bajo el glaciar

del ignorado propósito

del qué hago aquí

salvo mirar los huevos de rana, explico,

atrás dejé el símbolo,

croar, croar como los poetas

y la noche de mayo gozará

con el insulso drama que planteo

entre mi osadía y mi cobardía heladora,

aquélla, caliente. Y siempre,

ambas erigidas.


Adiós, cimientos.

Viva el tibio limo.


(De "Erección", 3/2/2024)

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